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Running infantil: ¿pueden los niños correr la San Silvestre o similares?

Running infantil: ¿pueden los niños correr la San Silvestre o similares?

La práctica del running en niños y adolescentes ha ganado popularidad en los últimos años, pero ¿es realmente beneficioso para su salud?

A medida que se acerca la temporada navideña, eventos como la carrera San Silvestre ofrecen una oportunidad única para que los runners (y no tan runners) pasen un rato divertido entre familiares y amigos haciendo deporte. Pero ¿qué hay de los niños y adolescentes? ¿Pueden acompañarnos en esta carrera o incluso participar por su cuenta? La respuesta es sí, pero con precauciones.

La San Silvestre puede ser una ocasión ideal para que los jóvenes se involucren en el running por su carácter lúdico y festivo. La clave está en equilibrar los beneficios y las precauciones. Ya sabemos que la actividad física regular en niños y adolescentes es fundamental, ya que promueve la salud cardiovascular, el desarrollo óseo y muscular y ayuda a mantener un peso saludable. Asimismo, tiene un impacto positivo en la salud mental de niños y adolescentes y promueve el desarrollo social y la adquisición de habilidades clave como el trabajo en equipo y la resolución de problemas.

En el caso concreto del running, los beneficios físicos y mentales serán significativos siempre y cuando se practique de manera segura y con la supervisión adecuada. Este punto es vital, por lo que, antes de participar en eventos como la carrera de San Silvestre, es necesario que los padres nos informemos sobre las necesidades específicas de nuestros hijos y nos aseguramos de que se realiza una preparación adecuada que contribuya a la prevención de lesiones en los niños.

Running infantil y juvenil: dependiendo de cada edad

Cuando nos preguntamos si los niños y adolescentes pueden correr una carrera como la San Silvestre, decimos que la respuesta es sí, pero con matices. Y es que no es lo mismo hablar de un niño de 10 años que de uno de 16. Al igual que en cualquier otra actividad, se debe adaptar cada ejercicio a cada etapa del desarrollo.

En este sentido, se recomienda que antes de los cinco años los niños no hagan ningún entrenamiento específico, más allá del juego. A partir de esa edad, entre los cinco y los ocho años, podemos ir introduciendo a los más pequeños de la casa en el mundo del running con distancias cortas, de menos de un kilómetro. Hay que recalcar que este ejercicio debe dividirse siempre en otras distancias a su vez más cortas, de entre 50 o 100 metros cada sesión, y enmarcarlas dentro del juego (pilla-pilla, escondite, el juego del pañuelo…).

Hasta la preadolescencia, podemos introducir entrenamientos, eso sí, de pequeña duración y no muy intensivos, y a partir de los 12, los niños y niñas estarán más preparados para ampliar las distancias en sus ejercicios de running, aunque no se recomienda que corran más de cinco kilómetros hasta los 16 años. Es por ello por lo que, aunque debemos esperar a la mayoría de edad para que se apunten a medias maratones o maratones, carreras como la San Silvestre o similares pueden ser la ocasión ideal para que se inicien en el running.

Y es que, como la participación de niños en carreras como la San Silvestre o eventos similares es cada vez mayor, estas han implementado categorías específicas para diferentes grupos de edad, asegurando que la distancia y la intensidad de la carrera sean apropiadas para las capacidades físicas de los niños y adolescentes. Esta adaptación busca maximizar los beneficios sin comprometer su salud y fomentar la participación de los niños en eventos deportivos para promover un estilo de vida activo y saludable.

Así las cosas, el running puede ser una actividad valiosa para niños y adolescentes siempre y cuando se realice con precaución y supervisión.