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Cómo prevenir las lesiones deportivas más comunes

Cómo prevenir las lesiones deportivas más comunes

Hacer deporte es superimportante para tener buena salud, pero debemos hacerlo con todas las garantías. Te contamos cuáles son las lesiones deportivas más típicas y cómo podemos intentar evitarlas

Hacer ejercicio físico es uno de los hábitos de vida saludable que todos deberíamos tener incluir en nuestra rutina. Sin embargo, el confinamiento nos lo ha puesto bastante difícil durante estos meses. Ahora que podemos salir a hacer deporte, podemos empezar a paliar los efectos del sedentarismo con actividad física, pero cuidado, porque después de tanto tiempo sin movernos las lesiones deportivas pueden estar más a la orden del día que nunca. Para prevenirlas y minimizar los riesgos posibles, es vital calentar, saber cómo hacer los ejercicios, conocer los límites de nuestro cuerpo y, por último, estirar. Te contamos cuáles son las lesiones deportivas más comunes que nos ocurren cuando hacemos ejercicio y, lo más importante: cómo evitarlas para poder disfrutar con plenitud de todos los beneficios que nos aporta el deporte.

Esguinces

Un traspiés, una caída o un mal paso. Los esguinces de tobillo son una de las lesiones deportivas más típicas, aunque también es una de las lesiones más típicas para las personas que no hacen deporte. Se trata de una torcedura o distensión de una articulación que puede ir acompañada de la rotura de un ligamento o de las fibras musculares, según el grado, y también puede darse en otras zonas, como la muñeca o la rodilla. Para evitarlos, realiza siempre calentamiento físico para preparar músculos y articulaciones, utiliza un calzado adecuado e intenta no hacer ejercicio sobre una superficie irregular o inestable. Por supuesto, realiza siempre los ejercicios de manera progresiva y, si ya has sufrido este tipo de lesión anteriormente, haz ejercicios para fortalecer el tobillo o la zona afectada en cuestión.

Tendinopatías

Las tendinitis son otra patología que conocerán bien los más deportistas, y no es otra cosa que la lesión de un tendón, caracterizada normalmente por la inflamación, irritación o hinchazón de este. Aunque pueden darse en prácticamente todas las actividades deportivas, suelen producirse por una sobrecarga de peso o por una mala repetición de un gesto o movimiento. Si queremos evitarlas, es muy importante realizar un buen calentamiento, tener los músculos fuertes y flexibles y evitar los movimientos repetitivos y la sobrecarga de brazos y piernas.

Lesiones de rodilla

La rodilla es una de las partes del cuerpo que más se resienten cuando hacemos deporte. Puede que abusemos demasiado de ellas como soporte de nuestro cuerpo y que todo nuestro peso recaiga en ellas, sobre todo si no tenemos un buen tono muscular. Esto puede generar lesiones que pueden evitarse intentando no forzar la máquina: realiza deporte de manera regular y progresiva, vigila tu peso, mantén un buen tono muscular para intentar repartir el trabajo entre otras partes del cuerpo y usa un calzado adecuado. Si ya te has visto resentido de alguna lesión de este tipo, no olvides ponerte rodilleras o algún vendaje elástico.!

Desgarros musculares

Otra de las lesiones deportivas más frecuentes en cualquier actividad son las roturas de fibras o desgarros musculares, que pueden producirse por muy diversos motivos: desde un golpe a una sobrecarga, pasando por una excesiva tensión, una falta de calentamiento o una contracción brusca del músculo en cuestión. Quienes lo sufren experimentan un dolor agudo y repentino, muy localizado. Para evitarlo, lo primordial: calentamiento, calentamiento y más calentamiento. Tener cuidado con los excesos que cometemos realizando ejercicio, hacerlo de manera progresiva y no olvidarnos de estirar después de la actividad deportiva son otras recomendaciones.

Contracturas

La contracción repentina de algún músculo es otra de las lesiones deportivas más comunes, sintiendo la zona hinchada y durada, causando dolor y limitando nuestra flexibilidad. Suele deberse a un sobreesfuerzo o a una mala praxis en los ejercicios. Para evitarlas, debemos evitar forzar nuestros movimientos, hacer las actividades de manera progresiva, vigilar las malas posturas y dejar tiempo para que nuestros músculos descansen.

Calambres

Los calambres o espasmos musculares pueden darse por diversos motivos: un calentamiento insuficiente, una mala ejecución de los movimientos, una actividad más intensa de las que solemos llevar a cabo habitualmente, un calzado inadecuado o falta de hidratación, entre otros. En este tipo de lesión, el músculo se contrae de manera súbita y se acorta durante unos momentos, provocando un dolor intenso que puede tardar unos minutos en irse. Si te ocurre, deja de hacer ejercicio en ese instante y masajea y estira la zona.

Fracturas

Las lesiones articulares óseas pueden darse en forma de luxaciones o, en mayor grado, fracturas, con la rotura parcial o total del hueso. Suelen deberse a una caída o golpe brusco y en deporte suele afectar a piernas, brazos, tobillos, muñecas y dedos de las manos o de los pies. Para prevenirlas, una buena alimentación que fortalezca los huesos, un buen calentamiento y posterior estiramientos es primordial. También es conveniente no realizar movimientos bruscos y, para asegurar, podemos usar protecciones.